martes, 27 de noviembre de 2012

PUERTA DEL ÁNGEL


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PUERTA DEL ÁNGEL:
AQUELLOS DÍAS DE JULIO.

Por Inés Tremis.

Aunque la literatura en torno a los tres días de Julio más famosos en la historia de Madrid es muy abundante, la mayoría se centra en la toma del cuartel de la Montaña. Centro de la rebelión, se convirtió en el icono de la respuesta del pueblo de Madrid al golpe de estado, y su notoriedad eclipsó los sucesos transcurridos en otros puntos de la capital. Como diría un año después el comandante Vitali: … Ahora todos dicen que han tomado el cuartel de la Montaña. Parece como si hubieran sido un millón de hombres los asaltantes... (1). Sin embargo, muchos de los que se movilizaron, permanecieron en sus barrios, y siguiendo las directrices de sus partidos y sindicatos, realizaron servicios de enlace, vigilancia o participaron activamente en el asalto a los cantones. De lo que ocurrió dentro de estos últimos (Cuatro Vientos, Getafe, Campamento y Vicálvaro) también nos han llegado relatos más o menos detallados, pero de la actuación del resto, de la respuesta en las barriadas obreras de Madrid, no hubo casi reflejo en la literatura de la época(2). Por ello, es difícil construir una relación consistente de cómo se desarrollaron los hechos durante esos tres días en los barrios de Cuatro Caminos, Prosperidad, Tetuán de las Victorias, Vallecas, etc. y, en concreto en el del Puente de Segovia, que junto al de Toledo, constituía uno de los accesos naturales para la entrada de las tropas acantonadas en Campamento y Cuatro Vientos. Lo que ocurrió en éstos últimos, debió de ser determinante para el fracaso del golpe en Madrid.

La barriada del Puente de Segovia aparece mencionada en algún artículo periodístico de la época, y en memorias y biografías escritas posteriormente, pero como es natural suelen ser breves alusiones. Pocos le dedican más de unas líneas, entre ellos destacan los periodistas Eduardo Guzmán que cubría los sucesos como redactor jefe del periódico “La Tierra”, y Antonio Lezama, el viejo corresponsal de las guerras de Marruecos y subdirector del diario La Libertad(3). También hubo un testigo de excepción, Manuel Tagüeña, en aquél momento militante activo de las Juventudes Socialistas(4). Su testimonio nos permite imaginar los acontecimientos transcurridos esos días en la barriada. También hay que contar con las declaraciones contenidas en la imprescindible “Causa General”, pero por encima de todo están las fotos que, sin palabras, nos trasladan con la fuerza de la imagen al momento preciso.

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La barriada del Puente de Segovia

A lo largo de los “felices veinte” y los primeros años de 1930, el arrabal del Puente de Segovia experimenta un creciente desarrollo urbanístico y social, sin perder en este tiempo el adjetivo “popular” que siempre le acompaña en las escasas noticias de la época. Un arrabal popular pues, el barrio obrero al otro lado del puente de Segovia, como escribiría Arturo Barea(5), que había sido colonizado por sucesivas oleadas inmigrantes procedentes del mundo rural. Los bajos precios de las viviendas y las facilidades de comunicación que proporcionaba la estación del ferrocarril de Goya, fueron un gran atractivo para el asentamiento en este margen izquierdo del Manzanares que en estas fecha alcanzaba los casi 9.000 habitantes. El barrio limitado al norte por la Casa de Campo, y al este por el Manzanares, se extendió hacia el sur y oeste, hacia La Solana y Huerta Castañeda, donde se formaron bolsas de pobreza, sin infraestructuras y servicios(6). De sus carencias en 1930, daba cuenta el diario “El Imparcial":....Existe un sendero de lodo y charcos infectos, sin un solo árbol, conocido con el nombre de paseo de los Jesuitas. El cerro del Cuervo, altura que domina a la barriada, es un montículo de barro y basura. Huelga decir que no hay ni una luz siquiera... (7).Años antes había sido instalada la sucursal de la casa de socorro del distrito de Palacio (1922) en la plaza del Puente de Segovia, y más atrás, las escuelas de “María Cristina” (1916) en la calle Antillón n. º 6. Un edificio destacará por encima de todos: la iglesia Santa Cristina en la plaza de Puerta del Ángel, una elegante construcción neomudéjar erigida en 1906.

Sucursal de la casa de Socorro del distrito de Palacio, situada en la plaza del Puente de Segovia. Foto anterior a 1932. Memoria de Madrid http://www.memoriademadrid.es/

Puerta del Ángel. Al fondo la iglesia de Santa Cristina. Septiembre de 1934.

La misma puerta del Ángel que daba entrada a la Casa de Campo, estaba situada al norte de la plaza a la que daba su nombre.

Puerta del Ángel en los años 1930. Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.Publicada en www.lacasadecampo.net.

Con la llegada de la República, la situación del barrio mejora. La población, muy joven y de escasa cualificación laboral, experimenta un gran crecimiento favorecido por la apertura de la Casa de Campo (1931), la prolongación de la línea del tranvía hasta el Término (1926) y la inauguración de un mercado (1932). También por la dotación de otros servicios como los centros de enseñanza de Tirso de Molina, Rosario Acuña y Joaquín Dicenta en 1933.

Vista actual de la portada del Mercado de Tirso de Molina. FOTO EG.

Al principio del Paseo de Extremadura se ubicaba el cine-salón Variedades, donde tendrían lugar muchos de los mítines que convocó en esos años el Círculo Socialista del Puente de Segovia, cuyo local distaba pocos metros, en el n. º 35 del Paseo y que tendría también su protagonismo en los acontecimientos que nos ocupan.

Vista áerea parcial de la zona de la Puerta del Ángel. 18-05-1946. Foto: José María Pérez Córdoba.

A pesar de su condición marginal en ese momento, la barriada estaba asentada en un punto estratégico de la ciudad. Al control sobre el acceso al Puente de Segovia, unía su proximidad al palacio presidencial, al cuartel de la Montaña y a la misma Puerta del Sol. Puerta de entrada a Madrid desde Extremadura, era el paso natural para la para las tropas acantonadas en Cuatro Vientos y Campamento.

Puente de Segovia. 1930. Foto Memoria de Madrid.

Precisamente, uno de los primeros planes de operaciones manejados por los sublevados fue iniciar el golpe con las fuerzas del Campamento de Carabanchel, que marcharían “sobre Madrid, provocarían un combate en posiciones favorables de la Casa de Campo, y, derrotadas las fuerzas gubernamentales, entrarían contra ellas de flanco en su huída, las tropas del Cuartel de la Montaña”(8). Y probablemente, para lograr el éxito de la empresa, estaría previsto dominar el Puente de Segovia así como sus aledaños. Para Guzmán, el barrio constituía un punto de valor decisivo en la contienda que habría de librarse.

Plano nuevo de Madrid. Vicente de Castro Les. 1940. Cartoteca de Catalunya.

Por diversas circunstancias, este plan no llegó a llevarse a cabo: la parálisis y descoordinación de los conjurados en los primeros momentos, y los enfrentamientos entre militares leales y sublevados en el interior de los cantones, permitió que, a pesar de la pasividad y las vacilaciones iniciales del gobierno, la reacción popular y de las fuerzas gubernamentales tomara ventaja(9). Así lo percibió Tagueña “la angustia se cernía sobre la ciudad. Desde luego, la sublevación en África no ofrecía dudas. Pero algo había fallado en la simultaneidad de la acción de los conjurados. En Madrid, los cuarteles permanecían callados, las tropas acuarteladas y los alrededores solitarios...”(10).

Desde el 14 de julio, el ambiente en Madrid se había vuelto irrespirable. En los locales de los partidos y agrupaciones, en la Casa del Pueblo, “eran miles y miles de afiliados los que se aglomeraban..., como si la inminencia del combate, los despertara para luchar."(11). Y eso mismo sucedía en todos los partidos y organizaciones del Frente Popular, tanto en la capital como en el resto del país. Arrarás también destaca la anormalidad de las calles, ocupadas por grupos de transeúntes inusuales, y en algunos casos armados, “ya no cabe duda de que en Madrid ocurre o se prepara algo excepcional. Los carritos ambulantes de helados y bebidas huyen de todas las esquinas. Los taxis públicos y los coches particulares llevan más velocidad que de costumbre. De pronto en una bocacalle, un grupo surge de las tinieblas se atraviesa en mitad de la calzada, cerrándola con un cordón humano, y lanza la voz de alto!. Los que la dan sacan a relucir pistolas automáticas y exigen documentos de identidad…. Y lo más raro es que muchas de esas patrullas van acompañadas por guardias de asalto de uniforme y con tercerola. Son las milicias socialistas”(12).

Glorieta de Atocha. Foto Díaz Casariego. Julio de 1936.

El sábado por la tarde, la noticia de la rebelión militar se había extendido por todo Madrid y la gente acudía a la Puerta del Sol en busca de noticias. Guzmán, testigo de primera mano, relata cómo “de Ventas, del Pacífico, de Chamberí, de los barrios de Extremadura y Toledo, llegan los tranvías abarrotados de trabajadores excitados y vociferantes.... millares y millares de personas acuden desde todas las barriadas a pedir armas en tono cada vez más imperioso y amenazante”(13). Mientras el gobierno duda y se ofusca intentando digerir un pronunciamiento largamente anunciando, en las calles comienzan los saqueos a las armerías y la gente en las barriadas toma la iniciativa. Una obsesión “domina y agita a todos: armas!”(14).

Hay varios testimonios de lo que ocurrió esa noche en la barriada. Al atardecer, Manuel Tagüeña recibe la orden de acudir “al Círculo Socialista del Puente de Segovia a recibir fusiles”. En la Casa de Campo, en la entrada de la Puerta del Ángel, se instruye militarmente a las Juventudes Socialistas bajo la dirección del teniente coronel de infantería Julio Mangada Rosenhorn.

Casa de Campo. Campamento del Cuartel de Milicias de Mangada. Al fondo se ve la tapia de la casa de Campo. Foto Enderiz. AHN, Causa General.

Cuando llega, Tagüeña se sorprende, no localiza a sus milicianos, “todos eran gente extraña. Pronto apareció un camión cargado con fusiles y comenzaron a repartirlos. Estaban engrasados, los limpiamos con periódicos e improvisamos cuerdas para colgarlos del hombro pues venían sin correas. En cuanto a municiones, no nos daban más que un cargador con cinco cartuchos por persona. Se entregaban las armas a todo el que alzaba la mano para agarrar una: parecía una escena tomada de las películas de la revolución rusa” . Y continúa, “pronto el Círculo Socialista estuvo repleto, los fusiles comenzaron a repartirse en la calle, los hombres armados atravesaban la carretera de Segovia y se metían en la Casa de Campo. Entre los paisanos, comenzaron a verse algunos uniformes, la mayor parte de sargentos y suboficiales y algún oficial, entre los cuales estaba el teniente coronel Mangada. Llegó por allí Fernando de Rosa y comenzamos a buscar entre la muchedumbre a nuestros milicianos para agrupar a nuestras compañías”. Entre la muchedumbre “están también -no importa a qué partido o sindicato pertenezcan- todos los jóvenes del puente de Segovia”(15).

El italiano Fernando de Rosa, en una entrevista publicada por Mundo Gráfico del 2 de septiembre de 1936, donde comentaba: “Al estallar la rebelión militar, los primeros quinientos fusiles que recibieron paisanos por orden del Ministerio de la Guerra fueron los nuestros. Nos los dieron en el Parque de Artillería, y los llevamos al Círculo Socialista del Sur, en la calle de Valencia”. Foto Videa .

Apoyado por su experiencia militar, se dedica toda la noche a formar en el manejo a centenares de personas que no tenían ninguna instrucción militar(16) en lo que ya es de facto el cuartel general de milicias de Mangada.

Milicias hacen instrucción militar delante de la tapia de la Casa de Campo, junto a la la Puerta del Ángel. 19 de julio de 1936.

Un periodista de Crónica, también relata sus impresiones de aquélla noche: “llegamos al Puente de Segovia y a la puerta de la Casa de Campo, dentro de la cual millares de jóvenes de las Milicias, al mando del teniente coronel Mangada, esperan órdenes... Diversos grupos comentan los acontecimientos y escuchan la radio. El señor Mangada pasa rápido ante nosotros para internarse en la Casa de Campo y aleccionar allí, en previsión de un posible ataque a estos jóvenes de veinte años, la mayor parte de los cuales se ven por primera vez en su vida con un fusil en la mano. Llegan noticias concretas. Las traen varios emisarios destacados hasta más allá del lugar de la concentración. Las personas que estaban en la calle corren a refugiarse en sus casas, mientras Mangada organiza el bloque para cortar la entrada en Madrid. Labor inútil. Por lo menos, esta noche no han venido los sublevados en Carabanchel”(17).

Milicias en Madrid, la noche del sábado al domingo. Foto Videa. Crónica, 26 de Julio de 1936.

Mientras, Eduardo Guzmán, junto a Isabelo Romero y otros confederales, atraviesa Madrid de noche y durante más de una hora recorre los barrios que se extienden entre la Casa de Campo y la carretera de Toledo y hasta Campamento y Carabanchel. En este viaje constata cómo: “... grupos armado que vigilan en puntos estratégicos al amparo de barricadas improvisadas; centenares de obreros en los alrededores de todos los círculos socialistas, los ateneos libertarios o los radios comunistas esperando órdenes y reclamando armas... En el Alto de Extremadura, los dos Carabancheles, Mataderos y los puentes de Segovia y Toledo la preocupación fundamental son los cuarteles de Campamento... se teme que en cualquier momento inicien la marcha sobre el centro de Madrid y el aeródromo militar de Cuatro Vientos. ... algunos llevan uniforme de las milicias socialistas; ¿ y los guardias? ni los civiles ni los de asalto muestran la menor hostilidad contra los obreros armados”(18).

Milicias vigilan la entrada a la Casa de Campo en la Puerta de la República. 19 de julio de 1936. Foto Alfonso. Publicada en La Voz (Madrid), 20 de julio de 1936 y cedida por el Rufián Meláncolico (clic aquí para ir a la primera entrega , de un total de doce, de la ya mítica serie: Desmemoria de García Atadell, Paracuellos y Amor Nuño)..

Las milicias de Mangada en la glorieta de la Puerta del Ángel la noche del sábado al domingo 19. Foto Videa. Crónica, 26 de Julio de 1936.

La mañana del 19 de julio Madrid amaneció totalmente cambiada. Después de un día completo de tensa espera, la ciudad estaba vacía y paralizada. Se había producido esa “rara inversión vital característica de las grandes convulsiones urbanas. Los órganos capitales dejan de funcionar o quedan relegados a un último plano,... el centro de Madrid se desplaza; ya no está en sus barrios mejores y más ellos, sino en los más pobres y amontonados...”(19). Si la presencia de la guardia de asalto y guardia civil era patente en el centro, disminuía progresivamente al alejarse del mismo. En los arrabales y barrios extremos, las labores de vigilancia y control recayeron, casi en exclusiva, en las milicias obreras movilizadas. La Casa del Pueblo de Madrid había dispuesto que ningún obrero abandonara la capital(20) y todos los leales habían obedecido la orden.

En la Puerta del Ángel, las milicias habían ocupado la plaza y los alrededores. Hombres, y también mujeres, habían tomado todas las bocacalles y lugares estratégicos como terrazas y azoteas. En la de la iglesia de Santa Cristina, vigilaban la entrada del Paseo de Extremadura.

Jóvenes de la barriada del Puente de Segovia, en la azotea de la Iglesia de Santa Cristina de la Puerta del Ángel, vigilando la entrada a Madrid. 19 de Julio de 1936. Foto Díaz Casariego. El Heraldo 20 de julio de 1936.

Otra vista de la azotea de la Iglesia de Santa Cristina de la Puerta del Ángel con hombres y mujeres armados. Al fondo el Paseo de Extremadura. 19 de Julio de 1936. Foto Contreras y Vilaseca. Archivo CNT.

Jóvenes del Puente de Segovia, en la azotea de la Iglesia de Santa Cristina de la Puerta del Ángel, perteneciente a la misma secuencia fotográfica. A la izquierda la Casa de Campo, donde Mangada tenía instalado su cuartel general. 19 de Julio de 1936. [Foto Contreras y Vilaseca]. Archivo CNT.

Vista actual de la azotea de la parroquia de Santa Cristina donde se instalaron los jóvenes el 19 de julio. FOTO EG.

Se había instalado una ametralladora en mitad de la plaza, así como barricadas para evitar el paso de vehículos.

Milicias instalan una ametralladora Hotchkiss en medio de la plaza de la Puerta del Ángel. Al fondo el Círculo Socialista del Paseo de Extremadura.

El control sobre éstos y sobre los viandantes era muy riguroso. Hay algunos testimonios recogidos en Causa General de cómo las milicias impidieron el paso de los militares al Aeródromo y Campamento.

El tranvía 35 de la línea Plaza Mayor-Puerta del Angel, detenido por un control. Dos empleados del tranvía hablan con un militar delante de una barricada en la Puerta del Ángel. 19 de julio de 1936. AHN, Causa General.

Milicias en la puerta de la Iglesia de Santa Cristina. Uno de ellos parece examinar unos papeles. Al fondo la tapia de la Casa de Campo y a la izquierda la Iglesia Santa Cristina. AHN. Causa General.

Es el caso del capitán José Guevara Lizaur, que esa mañana “intentaba subir al aeródromo en coche oficial del mismo y al llegar a la Puerta del Ángel dieron orden las Milicias al parecer transmitida por el teniente Coronel Mangada de la imposibilidad de continuar el viaje”(21). En esa tensa espera, hombres armados entraban y salían del cuartel de milicias de Mangada por la Puerta del Ángel.

Milicias armadas acompañadas de un militar (Mangada?) entran a la Plaza de la Puerta del Ángel desde la Casa de Campo por la Puerta del Ángel, procedentes del cuartel de Mangada. 19 de Julio de 1936.

El cuartel estaba situado junto a la tapia de la Casa de Campo, en la explanada inmediata a la Puerta del Ángel, en la actual Avenida de Portugal.

Casa de Campo. Milicianos en el Cuartel de Milicias de Mangada situados al otro lado de la Puerta del Ángel en la actual Avenida de Portugal. Al fondo las casas del Paseo de Extremadura y la tapia de la Casa de Campo. Foto Enderiz. AHN, Causa General.

También algún camión abarrotado de milicianos atraviesa la Puerta, ampliada años antes para permitir el paso de vehículos(22).

Un camión lleno de milicianos atraviesa la Puerta del Ángel procedente del cuartel de milicias de Mangada, situado al otro lado, en la Casa de Campo. AHN, Causa General.

José García Pradas, militante confederal comentaba a Eduardo Guzmán como en el Puente de Segovia “somos más de dos mil, pero entre todos no tenemos ni cincuenta fusiles” . Allí se encuentra también Ángel, hermano del periodista, criado en ese barrio, donde preside un club de atletismo. Ángel, es amigo de Mangada, por ello no era extraño que se encontrara en la Casa de Campo donde el teniente coronel estaba organizando los batallones. Con ellos se encontraba también, según Guzmán, Cipriano Mera recién liberado.

Manuel Tagüeña, que había pasado la noche en el Círculo Socialista del Puente de Segovia, intentaba reunir parte de las tres compañías de jóvenes socialistas, y junto a él se encuentra Fernando Claudín.

Fernando Claudín y Santiago Carrillo delante de la tumba de Pablo Iglesias. Julio de 1936. Publicada en el blog “La biblioteca fantasma”. (clic aquí para ir a la página).

El baile de gobiernos finalizaba con la noticia de un nuevo ejecutivo presidido por Giral. “No había sonado todavía un tiro, los cuarteles seguían cerrados, silenciosos y aislados, con una tierra de nadie a su alrededor, rodeada por patrullas de paisanos armados. Era una incógnita lo que Iba a suceder, pero se sabía con certeza que los aeródromos de Cuatro Vientos y Getafe estaban con el Gobierno, que los guardias de asalto eran leales a la República y que la Guardia Civil seguía neutralizada”(23). Aún se pensaba que la inactividad en los cantones era sinónimo de su lealtad a la República

A estas alturas del día, según Arrarás, “no se reconoce ya más poder que el de los sindicatos obreros. La glorieta de cuatro caminos, al comenzar la tarde está también como cuajada de milicianos y fusiles. En la plaza de Lavapiés a la misma hora, desfilan centenares de mosqueteros rojos con bandera y corneta. Junto a la puerta de Toledo se hacen ejercicios militares: unos sargentos instructores enseñan a marcar el paso a pelotones de novatos, cuyas alpargatas levantan nubes de polvo”(24).

En Campamento se espera la llegada de Alvarez Rementería,y mientras toma el mando de los Zapadores el capitán Álvarez Paz. “Pero hacen falta oficiales, media docena por lo menos, para ocupar los puentes sobre el manzanares. Hay que desistir de esa operación urgente hasta que lleguen los refuerzos de mando solicitados a Madrid por teléfono. ... En un abrir y cerrar de ojos, un vasto y misterioso rumor circula por el ámbito entero de la capital: “las tropas del campamento de Carabanchel están sublevadas contra el gobierno” (25).

Esa tarde se presentaron unos camiones custodiados por guardias de asalto en las puertas del Parque de Artillería de Pacífico, que desde primeras horas del día había sido rodeado por la multitud. Tres tenientes coroneles, Lacalle, Mangada y Marina, y dos comandantes Sánchez Aparicio y Fernández Navarro, venían a hacerse cargo del armamento y municiones(26). La espera había terminado.

Entrega de armas a las milicias en un lugar indeterminado de Madrid. Foto Marina. AHN, Causa General.

El diario “la Libertad” nos transporta con su vibrante crónica al desenlace: “El teniente coronel de Infantería D. Julio Mangada, contando con un efectivo de unos seis mil hombres, al conocer la equivoca actitud que frente al Poder constituido mantenían los regimientos establecidos en el campamento de Carabanchel, organizó, en combinación con el Gobierno, una acción militar”. Militares y milicias leales movían ficha.

Un vehículo blindado sube el Paseo de Extremadura, a la altura de la plaza de la Puerta del Ángel, en dirección a Campamento. 19 de julio de 1936.

Un carro de guardias de asalto sube el Paseo de Extremadura en dirección a Campamento, a la altura de la plaza de la Puerta del Ángel, entre las aclamaciones de los allí congregados. 19 de julio de 1936. Foto Díaz Casariego. Publicado en El Heraldo de Madrid, 20 de julio de 1936, p. 6

“...con una táctica militar admirable se organizó la marcha sobre el Campamento. La mitad del efectivo de las milicias iba por el interior de la Casa de Campo camino de Retamares para, en un movimiento envolvente, rodear completamente a los sediciosos, en colaboración con la otra mitad, que avanzaba en guerrillas por la carretera de Extremadura, y en cuya ayuda habían acudido fuerzas de la Guardia civil y de Asalto. En las primeras horas de la mañana se produjo el primer choque... que hizo comprender al teniente coronel Mangada y a los otros jefes y oficiales que con él mandaban las fuerzas republicanas que, era precisa la colaboración de la artillería y de la aviación para que el asalto a los cuarteles pudiera efectuarse con todas las garantías de éxito y con el menor número posible de bajas. Cuando se estudiaban estas posibilidades, llegó la noticia de la rendición del cuartel de Getafe, y con la noticia varios de los milicianos que habían contribuido a ella... Con este refuerzo, y en comunicación con el Gobierno, se determinó que la aviación y varios de los cañones cogidos a los sediciosos de Getafe se lanzaran como un alud sobre los que se resistían a rendirse. La batalla duró alrededor de cinco horas... Cuando de los pabellones, comprendiendo quienes les defendían que toda resistencia era inútil, sacaron banderas blancas, cosa que no ocurrió desgraciadamente en todos, los milicianos, llevando a su lado fuerzas de guardias civiles y de asalto, y todos ellos dirigidos por Mangada, Lezama, Pradas y otros paisanos y jefes y oficiales, se lanzaron valientemente.. a la toma de los edificios. Vimos a nuestro subdirector, D. Antonio de Lezama, y a varios destacados militantes de la C. N. T., amén de las ya sabidas milicias socialistas y comunistas. Sobre las dos y pico de la tarde quedó totalmente dominada la situación”(27).

Casi al mismo tiempo, caía el Cuartel de la Montaña. Los carros de la guardia de asalto recorrieron el camino inverso, y atravesaban el Paseo de Extremadura ante el entusiasmo de la multitud.

Como escribió Guzmán, en esos momentos ¿quién podía suponer cuál sería el final de todo? ¡La Guerra había comenzado!.

Inés.

Un carro de Guardias de Asalto procedente de los cantones, desciende el Paseo de Extremadura. 20 de julio de 1936. Archivo CNT.



AGRADECIMIENTOS

Quería aprovechar para agradecer a Florentino Areneros la oportunidad que me brinda para participar en su prestigioso blog, y a Moncloveño sus valiosos consejos y ayuda . También a los compañeros del foro Gefrema (www.gefrema.org/foro/) y del foro Viejo Madrid (http://viejomadrid.foro-activo.es/), y en especial a José María Pérez Córdoba.

Inés.

NOTA DE LA REDACCIÓN

Desde la Redeacción de Sol y Moscas queremos agradecerá Inés Tremis la deferencia que ha tenido al publicar esta sublime crónica en Sol y Moscas. Es todo un honor para esta modesta publicación el contar con la colaboración de una maestra consagrada de la guerracivilmaquia (que tantas puertas grandes ha abierto) como es ella. Esperamos que este acontecimiento se vuelva a repetir en el futuro y podamos ver nuevamente a Inés saltar al albero de esta su plaza donde tanto se la quiere y admira.

Florentino Areneros.

NOTAS


1-Romero Cuesta, J. El comandante Carlos de aquel 5.º regimiento... Mundo Gráfico. n. 1334, 26-05-1937, p.3
2-La bibliografía sobre el golpe de estado en Madrid es extensísima, pero este tipo de estudios “locales” han sido mucho menos frecuentes. Un ejemplo: Ciudadanos por el cambio (2011). [en línea]. El 18 de julio de 1936 en Leganés. Disponible en:

http://www.ciudadanosporelcambio.com/mantenimiento/ficheros/18julio1936%28II%29.pdf

3-Lezama recorrió esta barriada junto a las milicias para cubrir los acontecimientos en los cantones de Getafe y Campamento, mientras la mayor parte de los reporteros se mantenían en los alrededores del Cuartel de la Montaña.
4-Tagueña, M. (1973). Testimonio de dos guerras. Ediciones Oasis, México.
5-Barea, A. (1944). La forja de un rebelde (II): La llama. Editorial Losada, p. 170
6-Pozo Rivera, E. (1983). El crecimiento urbano en el inicio de la carretera de Extremadura: El barrio de la Puerta del Ángel, Anales de Geografía de la Universidad Complutense. Nº 3, p. 203
7-El abandono de una barriada. El Imparcial. 16-01-1930, p. 2
8- Arrarás, J. (1941). Historia de la Cruzada Española. Ediciones Españolas S. A. Vol. IV, tomo 17, p. 402
9-Ciudadanos por el cambio (2011). op. cit.
10-Tagüeña, M. op. cit. p. 104
11-Ibidem. p. 102
12-Arrarás, J. op. cit. p. 394
13-Guzmán, E. (2006). La muerte de la esperanza. Ediciones VOSA, p. 79
14-Ibidem, p. 84
15-Guzmán, E. (1939). Rojo y negro. Milicias confederales. Ediciones del C. de A. y D. pro C.N.T.-F.A.I., p. 50
16-Tagüeña,M op. cit. p. 104
17-Jornadas históricas. La noche del sábado 18 al domingo 19 de Julio en Madrid. Crónica. 26-07-1936
18-Guzmán. op. cit. p. 103
19-Arrarás, J. (1941). op. cit. p. 439
20-El socialista. 19-07-1936
21-Archivo Histórico Nacional, Causa General, 1517, Exp. 4
22-Madrid turístico y monumental, n. 9, 1936, p. 58
23-Tagüeña,M. op. cit.p. 107
24-Arrarás,J. op. cit. p. 439
25-Ibidem p. 419
26-Ibidem p. 422
27-Cómo se rindió el Campamento sublevado. La Libertad, 21-07-1936



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martes, 20 de noviembre de 2012

10 ANIVERSARIO GEFREMA




(HAGA CLIC SOBRE LA IMAGEN PARA VERLA AMPLIADA)


Este año se cumple el 10 aniversario de la asociación GEFREMA (Grupo de Estudios del Frente de Madrid) y con motivo de esta efeméride la decana asociación ha programado una serie de actividades que tendrán lugar los días 22 ,23 ,24 y 25 de noviembre. Un aniversario que los buenos aficionados al noble arte de la guerracivilmaquia no se deben perder bajo ningún concepto.

Las actividades se dividen en dos jornadas dedicadas a una más que interesante selección de conferencias que tendrán lugar los días 22 y 23 en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo, ubicada en el Paseo Puerta de Ángel nº5 (ver plano al final de la crónica). Los días 24 y 25 se realizarán dos rutas guiadas por algunos de los lugares de mayor relevancia en la Batalla de Madrid, donde se registraron intensos combates y donde aún podemos contemplar las huellas que pese al paso del tiempo todavía se conservan y que nos permiten hacernos una idea de cómo se desarrollaron aquellos acontecimientos históricos. Dos rutas absolutamente imprescindibles para todos los que quieran conocer en profundidad tanto la historia de la Batalla de Madrid, como la del periodo transcurrido desde aquella histórica batalla hasta el final de la guerra en marzo de 1939. Destacar que esta ocasión y de manera excepcional coincidiendo con este aniversario, ambas rutas son de libre asistencia para todas las personas interesadas en asistir.

viernes, 16 de noviembre de 2012

LAS BRIGADAS INTERNACIONALES

El 8 de noviembre de 1936 los soldados de la XI Brigada Internacional desfilaban por la Gran Vía momentos antes de ocupar sus posiciones en el frente. Todavía hoy, 76 años después, podemos visitar y caminar por muchos de los lugares que aquellos voluntarios conocieron. (Montaje FOTO JAZ). Haga clic sobre cualquiera de las fotografías de esta crónica para verlas ampliadas.


LAS BRIGADAS INTERNACIONALES VUELVEN A DESFILAR POR LA GRAN VÍA
(76 ANIVERSARIO 1936-2012)
El ocho de noviembre de 1936 cerca de dos mil hombres llegados de diversos puntos del planeta desfilaban por la Gran Vía madrileña. La ciudad estaba siendo atacada por las fuerzas del ejército africano del general Franco, el gobierno republicano se había trasladado a Valencia encomendando la defensa de la ciudad al general Miaja, quien contaba para esta misión con un ejército de milicianos con escasa o nula preparación militar y mal armados, para hacer frente a un ejército profesional bien pertrechado. Pese a todo, los milicianos, que no estaban dispuestos a entregar su ciudad, habían conseguido fijar a las fuerzas atacantes en la periferia y los parques del oeste de la capital, donde se combatía encarnizadamente. La aparición en las calles madrileñas de estos hombres que hablaban en diferentes lenguas desbordó el entusiasmo de los madrileños que salieron a las calles para aclamarlos. Los madrileños ya no estaban solos, había personas de otros países que estaban dispuestos a morir con ellos. El ejemplo y sacrificio de aquellos hombres ayudaría a hacer realidad el grito de ¡NO PASARÁN! Y Madrid no sería tomada. Uno de aquellos hombres volvería a pasear por la Gran Vía el pasado día 9, su nombre: David Lomon.

El brigadista británico David Lomon ha regresado a Madrid y ha vuelto a recorrer las calles por donde sus compañeros desfilaron hace ahora 76 años.

David Lomon (o David Salomon que es su verdadero nombre) contaba con apenas 18 años cuando en octubre de 1936 Oswald Mosley, líder de la Unión Británica de Fascistas, convocó una marcha que habría de conducir a sus camisas negras por las calles del barrio londinense del East End que contaba con una importante población judía. Al igual que otros miles de londinenses antifascistas, David Lomon se opondría a aquella iniciativa. Por las principales calles del barrio se levantaron barricadas para impedir el paso de los camisas negras al grito de “THEY SHALL NOT PASS” (no pasarán). El enfrentamiento era inminente, sin embargo el gobierno se negó a prohibir la marcha.

Oswald Mosley, líder de la Unión Británica de Fascistas, convocó una marcha que habría de atravesar el East End londinense, una zona con una importante población judía.

Miles de londinenses se opondrían a aquella provocación, produciéndose violentos enfrentamientos. Aquel episodio sería conocido como la “Batalla de Cable Street”.

Se realizó un espectacular despliegue policial con más de 10.000 agentes, muchos de ellos a caballo, para evitar que los antifascistas boicotearan la marcha. Se producirían importantes enfrentamientos entre la policía y los que trataban de impedir la marcha. La multitud armada con palos, piedras y otros objetos hacía frente a la policía, las mujeres desde las ventanas arrojaban objetos, basura e incluso el contenido de los orinales a los agentes. Finalmente la marcha no se llevó a cabo, y los fascistas se dispersaron huyendo por Hyde Park. Aquel episodio sería conocido como la “Batalla de Cable Stret”, y supuso el fin del movimiento fascista en Gran Bretaña. Pero aquello no supuso el fin de la lucha contra el fascismo, para muchos como el propio David Lomon, la Batalla de Cable Street fue solo el principio.

Tras una jornada de violentos choques con las fuerzas del orden, los antifascistas conseguirían impedir la marcha de los camisas negras de Mosley que terminarían huyendo en desbandanda por Hyde Park. Aquel episodio supondría el fin del movimiento fascista británico.

Al igual que otros muchos británicos, David decidió unirse a las recién creadas Brigadas Internacionales, para, según sus palabras, “ayudar al pueblo español en su lucha contra las fuerzas del fascismo que amenazaban a su país y al mundo entero“. Se puso en contacto con la Liga de Jóvenes Comunistas, donde le proporcionaron un billete de tren para ir a París. Como relata Lomon “Me aconsejaron que cambiara mi apellido de David Solomón por otro menos aparentemente judío; al ir a luchar contra los fascistas, si tenía la mala suerte de ser apresado, podría ayudarme a sobrevivir (no imaginaba yo entonces cuánta razón tenían). Así que eliminé las dos primeras letras de mi nombre y me convertí en David Lomon, nombre por el que todavía hoy soy conocido”.

Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.

Por su indudable interés reproducimos a continuación el relato que el propio David Lomon nos hizo de su paso por España:

«Dejé una carta a mi madre y mis hermanas, en la que no les confesé mis intenciones, y me puse en camino hacia París. Pasé dos noches en un local del Partido Comunista en París donde fui inscrito y me hicieron un examen médico. Me uní a grupos de hombres con parecidas ideas procedentes de muy diferentes países y a la mañana del tercer día nos llevaron en autobús a las estribaciones de la Pirineos. Llegamos por la noche y nos estaban esperando dos guías españoles con los que iniciamos la marcha. Había unos guardias fronterizos franceses que, increíblemente, nos dieron la espalda y miraron a otro lado. La subida nocturna por la montaña fue ardua y peligrosa, pero la expectativa de ver el final de nuestros esfuerzos hizo que nadie se quejara.

Al amanecer nos dijeron que habíamos llegado a España. Agotados, pero llenos de esperanza, nos acogieron soldados españoles que sin perder tiempo nos llevaron en camiones a Figueras donde nos alojaron en lo que nos pareció una antigua fortaleza árabe. En los días siguientes se nos unieron otros pequeños grupos de hombres y finalmente nos llevaron en un largo viaje por carretera hasta la base de entrenamiento de las Brigadas Internacionales.


El cuartel de la Guardia Republicana de Albacete, sería utilizado por las recién formadas Brigadas Internacionales en octubre de 1936.

Fue allí donde encontré a hombres y mujeres de toda Gran Bretaña. Venían de todas las clases sociales y creencias políticas: mineros, abogados, doctores, obreros, trabajadores portuarios… todos estaban allí, incluso combatientes de la Primera Guerra Mundial; pero estábamos allí con una misma finalidad: luchar contra el fascismo y por la libertad del pueblo español. El entrenamiento fue largo y duro y tuvimos que conformarnos con armas antiguas, en su mayoría de antes de la guerra de 1914-18, y con las viejas ametralladoras rusas. La comida no era mucho mejor: carne de burro, sardinas y alubias era nuestra dieta básica. Sin embargo, estábamos tan determinados a superar todas las dificultades que acabamos por aceptar lo que nos daban y la instrucción que hacíamos. Después de todo no habíamos ido a España a comer sino a pelear. Me enseñaron a disparar la ametralladora rusa Maxim, un arma vieja y pesada que se refrigeraba con agua y requería mucho mantenimiento. Recuerdo que en una ocasión en que estábamos luchando en una zona alta de montaña, se congeló el agua y entonces descubrimos otro uso para el brandy español: sustituimos el agua por brandy y la ametralladora siguió disparando.

Los españoles eran fantásticos, con una actitud increíble hacia la vida. Su gobierno estaba haciendo lo mejor posible para mejorar su nivel de vida, teniendo en cuenta que la mayor parte de su vida tuvieron que aguantar la represión, la pobreza, la mala alimentación y los malos tratos. Tenían muy poco, pero compartían con nosotros lo poco que tenían.

Brigadistas internacionales en el frente de Madrid a finales de 1936.

La guerra, sin embargo, no iba bien. El bombardeo constante de los pueblos y aldeas estaba pasando factura. El ejército fascista español, bien equipado y reforzado con las tropas moras e italianas, seguía ganando terreno en todas partes. Málaga y Teruel habían caído y ahora se dirigían de nuevo a Madrid. Las Brigadas Internacionales habían hecho lo posible para salvar Madrid, pero la presión era intensa. Estuvimos luchando a lo largo del río Ebro en la que iba a ser mi última batalla. Fui capturado por tropas italianas, aunque no sé exactamente cómo sucedió aquello, ya que me encontraron boca abajo e inconsciente. Lo último que recuerdo fue la defensa de un puente en algún lugar a lo largo del Ebro y mi despertar en la parte trasera de un camión custodiado por las tropas italianas.

Me llevaron, junto con otros presos, al antiguo monasterio de San Pedro de Cardeña. Estuvimos hacinados en el sótano, donde muchos murieron por falta de atención médica y de alimentos. Pronto nos organizaron por grupos. El mío, compuesto principalmente por combatientes británicos, fue trasladado a un campo de prisioneros de guerra en Palencia. Allí pasé unos meses horrible. La Gestapo venía cada pocas semanas a llevarse ciudadanos alemanes y, en particular, a judíos. Fue entonces cuando agradecí el consejo que me dieron en Londres de cambiar mi nombre; eso me salvó la vida.

Prisioneros de las Brigadas Internacionales en el monasterio, reconvertido en campo de prisioneros, de San Pedro de Cardeña en Burgos.

Un día en que estábamos agrupados nos dijeron que uno de cada cuatro de la lista iba a ser canjeado por cuatro de sus propias tropas capturadas. Para mi alivio, yo estaba en la lista de intercambio. Nos llevaron a un lugar de la frontera francesa, donde se procedió al intercambio. Luego nos llevaron en tren hasta la costa y nos embarcaron en un buque que nos devolvió a casa.

Durante la Guerra Civil española, los gobiernos de Francia y Gran Bretaña dieron la espalda a lo que estaba ocurriendo en España y al papel activo que Alemania e Italia estaban jugando allí. Un año después del final de la guerra española, cuando Hitler y Mussolini desencadenaron la guerra tras ganar una gran experiencia operativa a costa de los españoles, ambos pagaron el precio de su indiferencia.

Me han dicho que soy uno de los tres únicos brigadistas que sobreviven en Gran Bretaña y el último judío combatiente en España. Me resulta difícil creerlo. Si todavía hay algún otro como yo que no se haya dado a conocer por la razón que sea, por favor, hacédmelo saber por si pudiera ayudar algo con mi vieja memoria. Tengo 94 años y me gustaría llenar algunas lagunas.»


David Lomon conserva todavía el entusiasmo y la vitalidad que le hicieron venir a España con 18 años. En la imagen le vemos en el acto de homenaje que tuvo lugar en el Ateneo Madrileño el pasado 7 de noviembre. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

David Lomon tiene 94 años en la actualidad y aún conserva una estupenda forma física, además de una extraordinaria lucidez así como una excelente memoria. Tampoco ha perdido su sentido del humor; al finalizar el recorrido por la Gran Vía, contaba entre risas como estando prisionero en San Pedro de Cardeña, cuando los formaban y les hacían gritar ¡VIVA FRANCO!, los prisioneros de habla inglesa contestaban con un ¡VIVA FUCK YOU! (pronunciado viene a sonar como algo parecido a "viva fakiu").

Pese al tiempo pasado David Lomon conserva intactos los principios que le empujaron a dejarlo todo en su país para venir a España a luchar contra lo que él consideraba una amenaza para todo el mundo. En estos tiempos de crisis económica y de valores, ejemplos como los de este viejo luchador nos hacen recapacitar y darnos cuenta de que con voluntad y esfuerzo, se puede conseguir lo que nos propongamos.

Los brigadistas desfilan por la Gran Vía en la red de San Luis aclamados por un numeroso público que veía en ellos la esperanza para salvar su ciudad.

Hace 76 años un grupo de hombres desfiló por la Gran Vía entre una multitud que ,agradecida y admirada, les aclamaba, porque ellos con su esfuerzo y sacrificio solidario eran la esperanza. Hoy, 76 años después, uno de aquellos hombres ha vuelto a caminar por la Gran Vía recogiendo nuevamente la admiración y agradecimiento, porque David Lomon representa a aquellos brigadistas, y mantiene vivo el legado de todos aquellos miles de voluntarios que vinieron de todas las partes del mundo dispuestos a dar la vida por la defensa de sus ideales.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LUGARES DE LAS BRIGADAS INTERNACIONALES"

Seguramente muchos de nuestros lectores todavía recuerden la apoteósica faena que cuajó hace ahora un año el inigualable diestro norteamericano afincado en Japón Ken O’Keefe “Ibarakeño”. En aquella ocasión el diestro de la ribera del río Tome deslumbró a los aficionados que abarrotaban el coso con un recorrido por algunos de los diferentes lugares de la geografía urbana madrileña relacionada con las Brigadas Internacionales, en una lidia en la que derrochó arte y poderío, cuajando una sublime obra de arte que le abriría de par en par la Puerta Grande, por donde saldría a hombros entre los gritos de una multitud entregada.

David Lomon y Victor Grossman en un momento de la ruta del pasado día 9 de noviembre. (FOTO JAZ).

Aquella memorable faena, estuvo dando vueltas durante un tiempo en la cabeza de este maestro, quien gracias a su profundo conocimiento de las suertes y los terrenos sabía que este morlaco ofrecía muchas posibilidades y podía dar mucho más juego. Desde su cortijo de Ibaraki, este profundo conocedor de todos los secretos de la guerracivilmaquia, comenzó a nadar entre sus Cossios y otros tratados, trabajando duramente para preparar su próxima reaparición en Madrid.

Vicente González “Cubanito” (i) y Ken O’Keefe “Ibarakeño” (d), durante la presentación del libro de este último que tuvo lugar el pasado día 8 en el salón de actos del Club de Amigos de la Unesco. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

Y ese día llegó. Fue el pasado jueves 8 de noviembre, donde se celebró un grandioso festejo en el inigualable coso del Club de Amigos de la Unesco, una plaza con una larga historia a sus espaldas. El recuerdo de su apoteósico triunfo del año pasado hizo que en las gradas se completara un lleno de “no hay billetes”. Junto al maestro de Ibaraki, lidiarían el consagrado diestro Vicente González “Cubanito” acompañado por el historiador y activista norteamericano afincado en Berlin, Victor Grossman, y por el propio David Lomon. Los tres arrancarían encendidas ovaciones en las gradas, especialmente David Lomon, que con un par de emotivos quites puso en pie a un público entregado que abarrotaba los tendidos. Destacar también la meritoria actuación de Almudena Cros, que asistió a alguno de los diestros en los meritorios lances de la traducción.

Almudena Cros y Vistor Grossman durante la intervención de este último, donde hablo de su libro “Madrid, du Wunderbare” que próximamente será traducido al castellano. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

La faena de “Ibarakeño” respondió con creces a la expectación creada. Nuevamente el diestro de la ribera del río Tome dio sobradas muestras de su arte sublime y su depurada técnica en una lidia memorable, en la que nos sorprendió con una nueva suerte desconocida hasta ese día: el “spanglish”. Al igual que en la plaza los diestros alternan los pases con la derecha, o derechazos, y los pases con la izquierda, conocidos estos estos últimos como pases “al natural” (es decir como la vida misma, cómo tiene que ser), el otro día Ken O´Keefe alternó partes de su faena en español y partes en inglés, una innovación nunca vista hasta el momento y que causo honda sensación en los tendidos. Cerró su monumental faena de tremendo volapié que hizo saltar de sus localidades a los aficionados, como empujados por un resorte, para pedir los máximo trofeos para el diestro de Ibaraki, que sería sacado a hombros por la Puerta Grande entre las aclamaciones del público y curiosos que se habían congregado en la plaza de Tirso de Molina para aclamar al maestro.

Una imagen del aspecto que presentaba el salón de actos del Club de Amigos de la Unesco. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

Pero centrémonos ahora en el nuevo trabajo de Ken O´Keefe en el que ha estado volcado durante este último año. Se trata de un libro de bolsillo en el que están recogidos los principales lugares que relacionados con la historia de las Brigadas Internacionales en el centro de Madrid al que acompaña un plano desplegable con tres rutas que el lector puede recorrer y acompañándose de los textos del libro ir conociendo la historia de cada uno de ellos. Un excepcional trabajo en el que se condensan varios años de investigaciones.

Desde la redacción de Sol y Moscas recomendamos a nuestros lectores la lectura de este libro, donde se juntan la Historia y el ocio, de tal forma que dando un agradable paseo por alguno de los rincones con más encanto de Madrid, a la vez vamos conociendo alguno de los secretos e historias de esos rincones. Por citar un ejemplo, pocos madrileños pueden imaginar, mientras se compran una camisa en una tienda de la Gran Vía, que en ese mismo local durante la guerra se juntaban por la noche los brigadistas de permiso a tomar una copa y olvidarse de las trincheras. El libro ha sido editado por la AABI (Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales) y pueden ustedes adquirirlo por el simbólico precio de 5 euros, bien en algún acto organizado por esta asociación o bien en su página de Internet (haga clic aquí para ir a la página de la AABI).

El libro “Lugares de las Brigadas Internacionales en Madrid centro” viene acompañado de un plano con tres itinerarios por las calles de Madrid. Pueden informarse de cómo adquirir este libro en la página de la AABI.

La presentación del libro de Ken O´Keefe forma parte de una serie de actividades organizada por la AABI para conmemorar el aniversario de la llegada de la Brigadas Internacionales, al igual que ya hicieran el año pasado con motivo del 75 aniversario (Clic aquí para ver las actividades de la AABI), una iniciativa que piensan repetir en años sucesivos. Así el miércoles 7, día emblemático en la Batalla de Madrid, se celebró en el Ateneo de Madrid un multitudinario acto de homenaje a los Defensores de Madrid, que contó, entre otros, con la destacada presencia de Carmen Tagüeña, hija del coronel republicano Manuel Tagüeña, y de David Lomon.

El miércoles 7 se celebró en el Ateneo de Madrid un homenaje a los Defensores de Madrid. En la fotografía de izquierda a derecha: Carmen Tagüeña, hija del coronel republicano Manuel Tagüeña, Carlos Paris, presidente del Ateneo de Madrid, David Lomon, Almudena Cros y Ludivina García, de la Coordinadora por la Memoria Democrática de Madrid. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

El viernes 9 se organizó una ruta siguiendo uno de los recorridos que se proponen en el libro de Ken O’Keefe, concretamente el que siguieron los hombres de la XI BRIGADA INTERNACIONAL tras su llegada a Madrid para dirigirse a los frentes. La ruta fue guiada por el propio O’Keefe al alimón con el maestro Vicente González “Cubanito”, y fue un rotundo éxito de crítica y público que tuvo su reflejo en los medios de comunicación (Esta ruta ya fue realizada el pasado año guidada en aquella ocasión por el mítico “Moncloveño”, siguiendo rigurosamente el recorrido propuesto por Ken O’Keefe).

Fotografía de la ruta a su paso por la Red de San Luis. En primer plano David Lomon, tras él Vicente González, megáfono en mano, comenta a los asistentes algunos detalles del edificio de la Telefónica. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

El recorrido comenzó en la Glorieta de Atocha, finalizando en la Plaza de España, y contó con la participación de un buen número de personas que disfrutaron en todo momento con los comentarios que en distintas paradas realizaron con su habitual sabiduría ambos diestros. Entre los asistentes se encontraba David Lomon,quien intervendría con sus explicaciones en diversos momentos del recorrido y que completó a pie la mayor parte del itinerario, incluyendo la Gran Vía, como hicieron otros muchos compañeros 76 años atrás.

Ken O´Keefe se dirige a los asitentes a la ruta en la Plaza del Callao, donde en la guerra se encontraban los hoteles Capitol, que sigue en funcionamiento en la actualidad, y Florida, ya desaparecido. Este último hotel era donde se hospedaba Ernst Hemingway. (FOTO JAZ).

Se cerraba el programa de actividades el sábado 10 con un solemne y emotivo acto en el monumento a las Brigadas Internacionales en la Ciudad Universitaria, uno de los frentes de la Batalla de Madrid donde combatieron los brigadistas. El monumento nuevamente había sido vandalizado, lo que demuestra sin lugar a dudas que el recuerdo y el ejemplo de estas personas sigue más vivo que nunca, un recuerdo que incomoda y hace daño a los herederos ideológicos de aquellos a los que los brigadistas vinieron a combatir.

David Lomon coloca un ramo de flores a los pies del monumento a las Brigadas Internacionales de la Ciudad Universitaria durante el homenaje que organizado por la AABI tuvo lugar el pasado 10 de noviembre. (Fotografía publicada por cortesía de la AABI).

Setenta y seis años después la figura de David Lomon nos trae el eco de aquellas voces y aquellos pasos que se pudieron escuchar en la Gran Vía. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero pese a ello David Lomon sigue siendo el mismo joven idealista que decidió venir a España para “ayudar al pueblo español en su lucha contra las fuerzas del fascismo que amenazaban a su país y al mundo entero“. El ejemplo y la generosidad de aquellos miles de hombres que como David Lomon vinieron a España será muy difícil de olvidar por más que pasen los años: "Lo que hagas por ti morirá contigo, lo que hagas por los demás perdurará por siempre."

Florentino Areneros.



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